El asteroide que chocó contra la Tierra hace 66 millones de años y provocó la extinción de los dinosaurios se originó más allá de la órbita de Júpiter, revela un estudio publicado este jueves en la revista Science. La investigación, dirigida por un equipo de científicos internacionales, indica que el asteroide pertenecía a una clase de rocas espaciales conocidas como condritas carbonáceas, un tipo de asteroide originario del sistema solar exterior, más allá de Júpiter.
El enorme objeto, que según algunas estimaciones era más grande que el monte Everest, impactó en las aguas poco profundas de lo que hoy es el golfo de México y el noroeste de la península de Yucatán. Se cree que desencadenó un megaterremoto, esparció escombros por todo el planeta y precipitó un invierno global que acabó con los dinosaurios y gran parte de la vida en la Tierra. Los nuevos hallazgos se basan en un análisis de muestras de sedimentos formados en el período en el que se produjo la extinción masiva, comprendido entre el Cretácico y el Paleógeno. Para el estudio, los científicos midieron los isótopos de rutenio, que es común en los meteoritos, pero es extremadamente raro en la Tierra, lo que lo convierte en un indicador útil de impactos pasados de rocas espaciales.
Los isótopos de rutenio se pueden utilizar para distinguir entre los dos principales grupos de asteroides: los asteroides tipo C o carbonáceos, que se formaron en el sistema solar exterior; y los asteroides de silicato o tipo S, del sistema solar interior, que se formaron más cerca del Sol. También examinaron muestras de otros cinco impactos de asteroides tomados en los últimos 541 millones de años, además de muestras de impactos de hace miles de millones de años, para comparar los datos.
Los resultados revelaron que los isótopos de rutenio de las muestras tomadas de escombros que dejó el impacto eran en su mayoría uniformes, lo que significa que probablemente procedían de condritas carbonáceas, que tienen una concentración relativamente alta de compuestos de carbono. Con esta evidencia, los investigadores descartan la idea de que el objeto que causó el impacto fuese un cometa, una amalgama de rocas heladas procedentes del mismo borde del sistema solar. Esa hipótesis se planteó en un estudio muy publicitado en 2021 en Nature, basado en simulaciones estadísticas.