A medida que el caos mundial disminuye y los sistemas informáticos vuelven a entrar en funcionamiento, el apagón informático que causó estragos en todo el mundo el pasado viernes, ha revelado algunas realidades incómodas sobre las bases de nuestra vida digital, y lo frágiles que pueden llegar a ser. El reciente apagón demostró que incluso la plataforma de una empresa global como Microsoft, con sus grandes recursos y su enorme inversión en una robusta seguridad, puede quedar sacudida por el error en una actualización de software emitida por una empresa independiente de ciberseguridad, informó BBC.
Y provocó un impacto catastrófico, porque las computadoras de Microsoft están en el centro de gran parte de la infraestructura tecnológica de todo el planeta. El fallo afectó a 8 millones y medio de dispositivos que utilizan Windows, menos del 1% de todos los aparatos que lo utilizan en el mundo, de acuerdo con el mismo Microsoft. A pesar de ello, se convirtió en el mayor apagón informático mundial hasta la fecha.
También puso de manifiesto lo dependientes que nos hemos vuelto de esas infraestructuras y lo indefensos que quedamos cuando algo sale mal y escapa a nuestro control. Habla Owen Sayers, editor de la revista especializada Computer Weekly: “La interrupción también demostró el inmenso riesgo al que nos enfrentamos si ponemos todos los huevos en el mismo enorme cesto mundial. Por el gran número de empresas, servicios y personas que utilizan un único proveedor de informática.”
El fallo en una actualización de la firma de ciberseguridad CrowdStrike ha afectado a millones de personas. Más de 39 mil vuelos se retrasaron, y más de 4,400 se cancelaron en el mundo, por problemas en la facturación, infinidad de negocios se quedaron sin medios para cobrar a sus clientes, consultas médicas y hospitales sin acceso a los historiales, múltiples bancos tuvieron que detener sus operaciones y caos en la frontera entre México y Estados Unidos. La caída del pasado viernes ya ha sido catalogada la peor caída cibernética de la historia. Hasta el momento no se tiene un cálculo exacto de cuanto costará a las empresas afectadas, pero los expertos aseguran que las pérdidas serán multimillonarias. Demostrando lo vulnerables y dependientes que nos hemos vuelto de los sistemas informáticos.