En algún momento alrededor del año 2030, la Estación Espacial Internacional llegará a su fin. Desde su órbita a unos 400 kilómetros sobre la Tierra, el laboratorio orbital se dejará caer a través de la atmósfera, se quemará y se destruirá en miles de pedazos antes de estrellarse en el Océano Pacífico, reportó New Scientist.
La Estación Espacial además de ser el objeto más caro jamás construido, también puede presumir de ser uno de los proyectos más cooperativos de la historia científica. Desde principios de siglo, ha estado habitada por un total de 280 tripulantes de 23 países. Los satélites artificiales vuelven a entrar en la atmósfera casi todos los días, pero la Estación Espacial, no es un satélite común, con más de 100 metros de largo y la masa de un avión jumbo será muy complicado de destruir.
Para ello, La NASA anunció que la empresa SpaceX ha sido seleccionada para desarrollar un vehículo espacial con la capacidad de desorbitar a la estación espacial y garantizar que se eviten los riesgos de que caiga en las áreas pobladas. Habla Ken Bowersox, administrador asociado de la Dirección de Misiones de Operaciones Espaciales de la NASA: “El vehículo de desorbitación ayudará a la NASA y a sus socios internacionales a garantizar una transición segura y responsable en la órbita terrestre baja, al final de las operaciones de la estación.”
Los restos del Laboratorio Orbital terminarán en Point Nemo, un lugar en el sur del Pacífico, ubicado a más de 2,500 kilómetros del pedazo de tierra más cercano, lugar en que ya se han arrojado más de 263 piezas de escombros espaciales. La estación descenderá a unos 330 kilómetros, después nave de SpaceX se conectaría al laboratorio, dirigiéndolo sobre el sur del Océano Pacífico a velocidades adecuadas para no dispersar residuos sobre áreas pobladas.