La sonda robótica Chang’e 6 de China recuperó un total de 1935 gramos de muestras del lado lejano de la luna, anunció la Administración Espacial Nacional de China, CNSA por sus siglas en inglés, el pasado 28 de junio, mientras la autoridad espacial entregaba las sustancias a los científicos. Puesto en un contenedor especial, el polvo lunar fue entregado por Zhang Kejian, jefe de la administración espacial, al Dr. Ding Chibiao, vicepresidente de la Academia China de Ciencias, informó Space Daily.
Al respecto afirmó Ge Ping, subdirector del Centro de Ingeniería y Exploración Lunar de la CNSA: “Nos hemos percatado de que las muestras traídas por la Chang’e 6 son más viscosas en comparación con las anteriores, con la presencia de grumos. Estas son las características hasta ahora observables”. Después de la entrega, el polvo se transportará a un laboratorio de muestras lunares en Beijing, donde se almacenarán y se procesarán inicialmente. Las muestras son los primeros materiales recuperados del lado oculto lunar, por lo que tienen un valor científico único y ampliarán nuestro conocimiento sobre la historia de la luna y ayudarán a preparar la exploración y explotación de los recursos lunares.
La misión Chang’e 6, fue la primera en traer a la Tierra muestras del otro lado de la luna. Fue lanzada el pasado 3 de mayo desde el Centro de Lanzamiento Espacial Wenchang en la provincia de Hainan. Su alunizaje marcó la segunda vez que una nave espacial ha llegado al otro lado de la Luna. La vasta región no había sido alcanzada por ninguna nave espacial hasta enero de 2019, cuando la sonda Chang’e 4 alunizó en la misma cuenca pero no recogió, ni devolvió muestras.
Hasta ahora, China es el único país que ha logrado alunizar en la cara oculta de la Luna, y dedicará las dos próximas misiones a la exploración del polo sur del satélite, donde tiene previsto construir una base de exploración científica junto con Rusia y otros países. La misión Chang’e 7 está programada para llegar al polo sur lunar en 2026, donde buscará depósitos de hielo de agua, mientras que la Chang’e 8 explorará en 2028 posibles usos de los recursos que su predecesora descubra, y sentará las bases para una exploración tripulada que el programa espacial chino espera materializar alrededor del 2030.